Durante la transmisión del Memorial, mi compañera decía que Tiger estaba jugando muy bien, pero que todavía esos chispazos a los que nos tuvo acostumbrados por tantos años no aparecían.
Getty ImagesTiger ahora va por los 18 majors de Nicklaus
Si nos ponemos a analizar la victoria de Woods en Bay Hill y lo que había hecho hasta el hoyo 16 del domingo en Muirfield Village, podíamos ver a un jugador en casi total control de su swing, acertando muchos fairways y greens, no embocando nada del otro mundo y peleando un campeonato como la hacen todos los mortales, pero en un solo golpe todo cambió.
El approach del 16 no solo fue perfecto, sino que no tenía margen de error: apenas corta podía quedar enganchada en el rough, apenas larga terminaba con suerte en el rough cerca del agua y el bogey ponía en peligro el torneo.
La ejecución fue tan perfecta que la pelota se metió con el último aliento para que todos volvamos a sentir la magia que solo Tiger puede producir, para hacer explotar a la gente y para que los rivales se enteraran que algo grande estaba sucediendo.
Ahora bien, Tiger ganó su titulo 73 e igualó a Nicklaus en cantidad de triunfos en el PGA Tour, pero el récord que realmente busca no es ese, sino el de los 18 majors del gran Oso Dorado.
En marzo último jugó en forma muy parecida en Bay Hill para volver a la victoria luego de casi tres años, pero solo dos semanas después pareció un fantasma cuando llegó a Augusta. Se lo vio perdido durante toda la semana del Masters y hasta me dio la impresión que sintió por primera vez una sensación de impotencia.
Los números de esta semana son muy parecidos a los del triunfo en marzo pasado y ahora Tiger deberá llevar al Olympic la misma sensación con la que terminó ayer, pero en el US Open se encontrará con un desafio aún mayor.
No todas las canchas del US Open son similares y basta con comparar a Shinnecok Hills con Winged Foot para poder darnos cuenta de esto. Hay algunas más abiertas que otras desde el tee, caso Oakmont o Shinnecok, y otras como Winged Foot o Baltusrol en donde el jugador llega al tee de salida y no tiene otra opción que pegar el tiro que el hoyo pide.
Olympic está en esta última categoría. Su arboleda es tan enorme y enmarca los hoyos de forma tal, que si el hoyo dobla a la izquierda el jugador debe pegar un draw con el golpe de salida. Con esto quiero decirles que ni Tiger ni nadie podrá desde el tee de salida pegar el golpe que más confianza tenga, sino que deberá seguir el dibujo de cada uno de los hoyos.
La cancha del US Open de este año no es de las más largas, apenas un poco más de 7100 yardas, pero jugar del fairway será fundamental para acertar los diminutos greens de Olympic. Es cierto que Woods podrá salir con su madera 3 que domina mucho mejor que el driver, pero eso lo hará tirar de más lejos en greens que seguramente estarán bastante más firmes que los de esta semana.
El mago volvió a sacar de la galera uno de sus mejores conejos esta semana en Memorial, pero no nos equivoquemos, su gran acto lo quiere hacer en los escenarios que más le importan. Ese es su gran desafío.
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