SAN FRANCISCO -- El Olympic Club mostró dientes tan afilados que necesitará pedirle prestado los aparatos a Beau Hossler. Mordió a los jugadores en el U.S. Open como si fueran granos en un choclo.
Webb Simpson ganó su primer major el domingo; si es que ver a Jim Furyk arrastrarse desde la cabina de televisión puede llamarse "ganar".
Simpson no ganó el U.S. Open, más que eso, sobrevivió a él. Puede que sea el único torneo en el mundo en el que piensas dos veces antes de pasar el corte.
Furyk, o incluso el co-líder luego de 54 hoyos Graeme McDowell, podrían haber dejado San Francisco con el título en la mano. Pero McDowell echó a perder su oportunidad en los nueve de ida y Furyk se desbarrancó en los últimos seis hoyos, dejándole lugar a Simpson para que se escabullera.
"Sorprendido", dijo Simpson, de 26 años. "No tengo palabras".
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Stuart Franklin/Getty ImagesEn un punto durante la ronda final, Webb Simpson hizo cuatro birdies en cinco hoyos, encaminándose al triunfo en el U.S. Open, primer major de su carrera.
Furyk conoce esa sensación. Cuando le pidieron que describa su nivel de decepción, dijo: "No sé cómo poner eso en palabras. Pero tuve mis oportunidades y mis chances y estuve ahí".
Esto es lo que este major, este campo y las presiones del domingo le hicieron al habitualmente impasible Furyk: luego que su segundo tiro en el par 4 del hoyo 18 aterrizara en el bunker al lado del green, Furyk se puso en cuclillas y trató de morder el palo. Luego, con un lie horrible, envió su tiro desde el bunker del otro lado del green.
Fue doloroso de ver. Pero bueno, el U.S. Open se trata de eso.
Entonces Simpson, quien falló el corte en sus últimos dos torneos, ahora tiene su nombre en el trofeo de plata. Aunque tendrían que agregar el nombre de Mike Davis también. Él fue responsable de lo que sucedió esta semana.
Davis, de la USGA, fue quien definió el trazado del campo e hizo que profesionales sazonados escaparan hacia sus carros de cortesía después de cada ronda. Ahora que el Open ha terminado, volverá a su trabajo de todos los días, el cual es quitarle las alas a las mariposas y molestar a los cachorros.
En realidad, eso no es justo. Él cumplió con el mandato, que era asegurar que el Club Olympic no permitiera lo que sucedió en Congressional el año pasado en el Open.
¿Recuerdan esos días en números rojos? Rory McIlroy terminó 16 bajo par y ganó por 8 golpes. 20 jugadores terminaron en rojo. Fue el Reno-Tahoe Open, pero con carpas de patrocinadores más grandes.
Este año, McIlroy quedó desairado el viernes. Tiger Woods pasó de ser tri-líder después de 36 hoyos a firmar 75-73 el fin de semana y terminar empatado en el puesto 21, a seis golpes de Simpson.
A Woods le pidieron que evaluara su experiencia en Olympic.
"Hay muchas cosas positivas esta semana", dijo.
Y los hubo. Pero hubo también muchos putts fallados. Y otra oportunidad de ganar un major desperdiciada. Woods tuvo una chance legítima de cerrarle la boca a todos los que dicen que no podrá ganar otro major.
Mientras tanto, Phil Mickelson firmó un 71, 1 sobre par, en su cumpleaños y luego un 78 el Día del Padre. Los feriados no le sientan muy bien a Lefty este año.
"Si juegas algo menos que un golf perfecto, es extremadamente penalizante", dijo Mickelson, quien terminó 16 sobre par en el torneo. "Y estuve lejos de jugar perfecto".
Lee Westwood estuvo otra vez en la pelea por ganar su primer major, pero luego un árbol se comió su tiro de salida en el quinto hoyo. Y ahí se terminó su aventura.
Ernie Els, quien ganó un grande por última vez en 2002 (el Abierto Británico), iba camino a una de las grandes victorias en el Día del Padre. ¿Se imaginan lo que hubiera significado para Els, de 42 años, ganar su cuarto major y compartirlo con su hijo Ben, quien está afectado por el autismo?
En cambio, un desalmado Olympic dejó que Els se metiera en la contienda luego de siete hoyos y luego lo golpeó en el octavo y el noveno... antes de dejarlo volver a la pelea en los nueve de vuelta y nuevamente castigarlo en los últimos tres hoyos.
Incluso el muchacho favorito de preparatoria, Hossler, finalmente se quedó sin nada por el efecto acumulativo de Olympic. Era probable que sucediera.
Hossler empezó la semana queriendo ser el mejor amateur. Luego empezó a hablar sobre la chance de ganar el torneo. Terminó sin nada, pero creo que tendrá buenas chances de conseguir una cita en la preparatoria Rancho Santa Margarita el próximo año. ¿Mencioné que le dio una paliza a Tiger y Phil en el Open?
El tres veces ganador de majors, Padraig Harrington, estuvo a un paso de quedar empatado con el liderato en el clubhouse junto a Michael Thompson en 2 sobre par... y luego hizo bogey en el 18. Ouch.
Siete de los 72 jugadores firmaron rondas bajo par el domingo. Siete.
Resistiendo, así es como Simpson terminó con un preciado major. Bueno, eso y dos maravillosas rondas de 68 el fin de semana.
Obtuvo su campeonato de forma justa, lo cual es equivalente a decir que el Open superó a todos los demás, más que Simpson dominó el Open. Así funciona.
No es que el Club Olympic y la USGA hayan tomado revancha de la actuación de McIlroy el año pasado. Más que eso, el Open regresó a su lugar.
Su lugar como el torneo más duro del golf.
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